Los entrenadores son parte imprescindible del equipo e, incluso, de la vida de los jugadores en edades tempranas. Cristina Massons, psicóloga y coach deportiva trabaja con técnicos a diario para ayudarles en su labor profesional y personal.
Tal y como explica Cristina, hay jugadores que pasan más tiempo con sus entrenadores que con sus familias, en una edad en la que los menores son muy permeables. Por eso es importante trabajar desde una perspectiva consciente. “Tu neo-córtex no se forma hasta casi los 40 años y somos todavía vulnerables. Cualquier información que viene de fuera llega sin filtro y sin cuestionar”, explica la psicóloga.
La importancia de la individualidad
Añade además que “cada niño es una individualidad con unos valores, cada uno tiene un sistema familiar diferente”, entre otras cosas. Por eso es clave que el entrenador tenga “mucha presencia para percibir al otro” por varios motivos. Los niños se encuentran en edades complicadas e inmersos en una sociedad en la que se nos “juzga por cómo nos ven desde fuera y nos evalúa el resto”, explica la coach. Se trata de una dinámica que puede llevar al miedo al juicio o a la crítica.
Es clave “sentir que lo que eres es recibido con gratitud”, recalca Massons. Uno de los principales motivos es que la mente a esa edad “piensa de manera dicotómica y la información recibida se queda congelada y reaparece idéntica años después”, remata. Es por eso que “el entrenador tiene que hacer de detector” frente a cualquier problema que pueda percibir, teniendo en cuenta cuáles son sus límites y cuándo han de derivar a los niños a un especialista.
Su experiencia personal
Cristina Massons competía en patinaje artístico en su adolescencia. “A los 13 años participé en mi primer campeonato de España. Me lo pasé muy bien, hice más de lo que sabía y gané”, explica Cristina. Lo que no esperaba era la oleada de bullying a la que se iba a ver sometida. “Las niñas se reían cuando me caía, bullying auténtico y recibía insultos por mi físico”, narra la psicóloga.
A los 14 años pidió ayuda porque sentía mucha ansiedad, pero recibió un “búscate la vida y mueve el culo”. “Yo era consciente de que me ahogaba algo interiormente, que no podía rendir”, añade. Era tanto así que tenía que entrenar el triple para rendir como el resto y “esto no habría sido necesario si hubiera tenido una persona que me hubiera acompañado”. De lo que se extrae la importancia de la figura del psicólogo en los entornos deportivos, sobre todo, en edades tempranas.